Introducción.Después de unas cuantas tomas fuera, uno debería sentirse más confiado con las tomas fuera, sin embargo en mi caso cada vez que bajo de 500 metros es un suplicio, y mi primer pensamiento es, “otra vez aquí!” y el segundo, “esto es un Déjà vu, ya lo he vivido antes”. Después de muchas horas en plataforma, discutiendo sobre las experiencias de los demás compañeros sobre sus tomas fueras, y sobre todo de las vividas en propia carne, uno va sacando sus conclusiones.Hay una parte muy técnica sobre las buenas decisiones que deben tomarse antes de una toma fuera, pero creo que esta parte está bien documentada por compañeros de nuestro club, por ello he preferido basar este pequeño artículo sobre otra parte importante de la toma fuera: la cabeza, esa gran amiga pero a veces esa enemiga que nos traiciona cuando más la necesitamos. Primeras tomas.La primera toma fuera es pura incertidumbre, y asusta al mas aguerrido de los personajes. Esto me es normal, si el hombre tiene miedo a algo es siempre a lo desconocido, y para conocer las cosas hay que haberlas hecho, no vale solo con leerlas. Una de las cosas importantes que hace la cabeza es coger costumbres, como a la hora de hacer el circuito, viento en cola sobre la piscina… la base pasada la fabrica…y giro a final pasado el poste, si lo hacemos así puede que la siguiente frase sea del tipo, “que bajito estoy y que lejos está la pista” o del estilo “que alto estoy que cerca está la pista”. En la pista de Ocaña es una forma bastante errónea de querer aterrizar, por eso es siempre recomendable adaptar los circuitos a la altura, una forma muy fácil de arreglarlo es visitar otros aeródromos que cambien las perspectivas y nos obliguen a adaptarnos a nuevas pistas.En un aeródromo este tipo de errores, puede ser incluso fácil salir de ellos, pero cuando está intentando aterrizar en un campo en medio de la nada, y que puede que mida tres veces menos que la pista del aeródromo, el error puede ser definitivo, de ahí la importancia de los tráficos.Hay varias cosas que pueden derribar a un velero y obligarnos a tomar fuera, un día malo con techos bajos y térmica débil, una meteo que cambia rápidamente, como una tormenta, una sucesión continua de errores no forzados, típica de competición, o … necesidad … de ir al baño (si esto te hace gracia, está claro que no te has visto en la situación) Ahora imaginémonos en nuestro velero, con pocas horas de vuelo y ninguna toma fuera, y salimos a volar felices como perdices, cogemos altura y salimos del palomar, lo más probable es que cada vez que demos una vuelta girando a térmica miremos hacia el aeródromo con añoranza, pero claro hay que salir…. Por causas del destino nos encontramos a 700m del suelo, y la tensión se empieza a acumular en los hombre y lejos de casa (lejos puede ser a 40km pero sabemos que no llegamos). Según se van haciendo tomas fuera veremos que esta tensión siempre aparece, la diferencia es que la altura con la que aparece será cada vez más baja. Seguimos a nuestros 700 metros, y empezamos a mirar campos, hemos leído como elegirlos, como aproximarnos, como hacer el circuito y lo tenemos casi todo claro, y digo porque la tensión siempre hace que se te olvide algo, algunos hemos aterrizado con 80 litros de agua en los planos, otros sin tren, etc.Es importante no tener miedo al suelo, pero también es importante no perderle el respeto y tratar de mantener la cabeza centrada en lo que estamos haciendo, muchos compañeros cuando están en posibilidades de tomar fuera apagan la radio para no ser molestados, en mi caso no me molesta la radio, y prefiero tomar con la radio puesta por lo que pueda pasar, incluso canto por la radio el trafico como si estuviese en el aeródromo, no por mí, sino por otros compañeros que sé, que se quedaran mucho más relajados, si me oyen hacer, lo que sabemos que debe hacer.Cuando llegamos al suelo, y se detiene el velero, llega la distensión, estado de semieuforia inversamente proporcional al estado de tensión anterior (en competición suele venir acompañado de un estado decepción, y cabreo). Caer y Recuperarse.Comúnmente conocido como “quedarse bajo” es una situación que se vive a diario, y es normal que pase por lo menos una vez por vuelo, y donde influye inmensamente el carácter de cada persona. Tan común es quedarse bajo, como recuperarse, en la mayoría de los casos va a acompañado lo uno de lo otro (en los demás casos es toma fuera). La problemática surge cuando con la tensión que se va acumulando.Después de caer y recuperarme queda una tensión residual que se irá acumulando a las sucesivas secuencias de caer y recuperarse lo que puede desembocar, en casos de estar de paseo, en un retorno al aeródromo sin terminar la prueba, en competición seguramente continuaríamos, lo que resultaría agotador si el día es malo y nos obliga a pasar por muchas de estas situaciones, y todo debido a la tensión acumulada durante todo el vuelo. Daños.Dando por supuesto que el avión es propio y lo aprecias y que uno no quiere matarse, el pensar en los daños propios o del aparato va implícito en una toma fuera. En este sentido hay dos tipos de individuos, los que piensan que la toma fuera es algo fácil y nunca pasa nada y luego están las personas normales.Para mí hay algo muy agradable a la hora de tomar fuera, y es aterrizar en un campo que he pisado “15” días antes, porque se como esta, que distancia tiene como es el suelo de debajo de la paja, si tiene piedras, si tiene buen acceso, si tiene toros, etc. La diferencia puede radicar en que a 10 metros de tomar en ese campo verde precioso, largo, orientado al viento, cuesta arriba, al lado de la autopista, con un chiringuito para esperar el remolque, resulta que vemos unos lindos aspersores que no se veían en viento en cola y van a dejarme sin avión para el resto de la temporada.Los daños en el veleros, no es que sean necesariamente comunes en las tomas fuera pero es algo normal y no deben asustar, y casi todo se arregla en un día con un poquito de lija y buena compañía. Pero es algo que debemos saber que está ahí, como trampillas del tren que salen disparadas por tomar en un barbecho, arañazos en los planos, y poco más. De la competición al paseo.La toma fuera es vista de muy diferente manera cuando estás en competición o estas de domingo con los amigos. En competición una toma fuera puede hacerte perder un campeonato y es algo normal “arriesgar” más a la hora de tomar la decisión de tomar fuera, y ser mucho más persistente cuando toca no caerse. La cabeza en este sentido trabaja de muy diferente forma cuando estamos compitiendo, y nos distraerá en la toma fuera de lo que realmente importa que es, hacer una buena toma. Por eso es importante una vez tomada la decisión de aterrizar, olvidarnos por completo de la competición. En ocasiones se dará la salida en competición convencidos de que tomaremos fuera, cosa que nunca se haría un sábado de paseo. Como todo en la vida, la toma fuera siempre tiene un lado positivo, siempre viene de los amigos que vienes a buscarte con refrigerio líquido y buen humor, para relajar toda esa tensión acumulada. De muestra esta foto de todos los que fueron a buscarme un día…. de tantos: